Entrevista a Natalia Salvo

Entrevista a Natalia Salvo

Entrevista a la abogada y docente Natalia Salvo
Publicada en: Café Jurídico
Por Julia Ben Ishai (ICL digital)

Inauguramos el ciclo de entrevistas de nuestra revista con un reportaje a Natalia Salvo, docente y abogada laboralista. Natalia es profesora en la UBA y en la UNPAZ. Férrea defensora de trabajadores, en el último tiempo ha intervenido en causas de alto voltaje, destapando maniobras que mostraban a un Poder Judicial atravesado por intereses de poderosos sectores económicos y los denominados «sótanos de la democracia».  Referenta de abogados y abogadas defensores de derechos sociales y humanos, ha sido candidata al Colegio Público de Abogadas de la CABA, y ha difundido como pocas la necesidad de realizar una reforma judicial de raíz, no sólo en términos legislativos, sino especialmente desde el sentido ideológico y cultural de la institución.

 


 

Julia Ben Ishai: Para empezar, lo primero que te queríamos preguntar es: ¿Cuándo fue que decidiste estudiar derecho?

Natalia Salvo: Fue un proceso bastante conflictivo. Mi vieja es abogada y todo el mundo, en una suerte de repetición de conductas o de mandatos, me decía “vos tenés que ser abogada”. Así que yo pensé primero en sociología, hasta que un día  fui a una psicopedagoga que ofrecía hacer cursos vocacionales que me dijo que tenía una vocación muy grande para el Derecho, y que no debía dejar de hacerlo por una cuestión de rebeldía cuasi adolescente. Así que eso hice, empecé a estudiar Derecho, peléandome, en el año 97. Hice el CBC en Uriburu. Por mi edad, tuve la experiencia de cursar con hijos de desaparecidos y también con hijos de militares, donde se armaban debates muy angustiantes, muy negacionistas –recuerdo en Teoría del Estado, por ejemplo- que llegaban casi a la agresión física. Ahí, por supuesto, que mi misión fue de total repudio a lo que fue la última Dictadura Militar, y sobretodo – en estos tiempos me parece importante destacarlo- frente a esos discursos que se guarecían en el Derecho para intentar justificar la dictadura. Bueno, ingresé a cursar en el 98 y en el año 2002 me recibí, y en el medio, como le comenté a muchos colegas, estuvo desde la Ley Banelco hasta el 2001, y la verdad que fueron momentos en los que en la Facultad de Derecho tener una perspectiva social o incluso ser peronistas era cosa de nostálgicos. No teníamos la experiencia histórica del kirchernrismo y éramos adolescentes donde el discurso de la antipolítica había reinado con el advenimiento desde los shoppings hasta la “pizza con champagne” en la política. Así que fue muy una experiencia muy interesante y de militar, ya te digo, sin una experiencia anterior que nos de respaldo histórico para lo que estábamos reclamando.

JB: ¿O sea que tu militancia empezó en la facultad?

NS: Si, no tuve una militancia orgánica. Por supuesto, siempre recuerdo, por ejemplo, y tuve oportunidad de decírselo, la admiración que me generaba tener compañeros en NBI como Mariano Recalde que se paraba en un banquito, agarraba un megáfono, en una facultad –insisto- totalmente neoliberal, y sin ningún tipo de expresión histórica, donde el peronismo era mala palabra, sinónimo de fracaso incluso. Entonces, me dediqué a estudiar, la verdad es que inmediatamente después fui mamá, y toda mi militancia la cursé, no tan orgánicamente, sino desde el Derecho, y siempre con la desigualdad que padecimos las mujeres: con un bebé debajo del brazo. Así que una vez que mis hijos crecieron pude recién hacerlo a tiempo completo. Así que padecí todas las desigualdades en ese aspecto de ser mujer, militante, abogada y tener una concepción social, y ser peronista también.

JB: Esto que decís me parece muy interesante. El hecho de que era un momento en que se propiciaba el individualismo al palo. Experiencias que han vuelto y que ahora estamos tratando de desarmar pero que en este contexto es sumamente difícil, ¿no?. Nosotros pensábamos -porque muchos de nosotros somos lo que el Colegio le dice los “noveles abogados»- que  muchas veces se piensa al trabajo de las abogadas, los abogados, en soledad. Esta idea de un estudio jurídico cerrado, tuyo, capaz con tu socio, pero no mucho mas. ¿Qué grado de importancia te parece que tuvieron en tu formación profesional las instancias académicas, o académico-políticas de charla con el otro, de reunión, ¿de trabajo en equipo?

NS: Yo creo que la Universidad, y el discurso académico, es fundamental para performar un nuevo abogado y abogada. De hecho, vos fíjate como caló el discurso del emprendedurismo, del individualismo, del Derecho liberal en la formación de nuevos abogados que tenemos un Poder Judicial justamente formado por esta usina o pensamiento académico, y somos pocos –en términos de la cantidad que hay- aquellos que concebimos al derecho como emancipación social y consideramos que hay que articular esa universidad con los “nóveles abogados”, como también romper y quebrar ese discurso en las instituciones que representan gremialmente a los abogados, incluso hasta el punto de hablar de un interés colectivo en un discurso individual, porque justamente es un discurso individualista que utiliza una representación colectiva. Y ahí me parece que se pone en crisis. ¿Representamos a ese abogado individual o representamos a ese abogado que también es conceptual? Y la batalla que se da desde la Universidad me parece que es importantísima. Primero porque tenemos un discurso jurídico que va en contra del sentido común instalado de lo que es el Derecho. Es como que se nos tilda de Derecho ideológico cuando el Derecho sedimentado y naturalizado también es ideológico, que es el Derecho liberal, que se dicta como sentido común. A mi también me asusta un poco escuchar a abogados y abogadas que tienen concepción social del derecho, o más progresista –digámoslo con el mejor sentido de la palabra- que hablan del sentido común, ¿no? Por ejemplo, ahora con el dictado de los DNU en plena pandemia, que tiene que primar el sentido común y no ser un sistema presidencialista. A ver, estamos utilizando las categorías conceptuales de la derecha para definir qué es o no sentido común en el Derecho, cuando tenemos justamente al Derecho que nos da la razón. Entonces  a mi me parece que la academia es fundamental también para hablar de reforma judicial. La reforma judicial no se limita a una ley, tiene que ver también con lo académico, con la formación de nuevos abogados y abogadas, con los social, con lo institucional, y por supuesto también con lo legislativo.

La reforma judicial no se limita a una ley, tiene que ver también con lo académico, con la formación de nuevos abogados y abogadas, con los social, con lo institucional, y por supuesto también con lo legislativo

 

JB: Bien. Una cosa que nos interesaría profundizar, que está en relación a  esto, que te escuchamos decir varias veces, sobre como el Poder Judicial utiliza el Derecho desde un punto de vista que lo hacen muchos doctrinarios, basado en un modelo de sujeto kelseniano que no piensa, no come, no tiene hambre, no siente. ¿Podes desarrollarnos un poco esa idea?

NS: Siempre digo que las normas están justamente destinadas a regular conductas de sujetos. Pero hay un concepto de sujeto que está emperimetrado en la Facultad de Derecho, y este perímetro es político, es una decisión política. ¿Porqué digo esto? Porque en todas las ciencias sociales, desde la filosofía, la sociología, la antropología, la psicología, el sujeto es un sujeto de lazos colectivos, ¿no? Desde el mismo Freud en adelante el lazo social es un lazo libidinal, no sólo en términos sexuales, o también, es un sujeto sexuado que padece las denominadas contingencias biológicas para la seguridad social, entonces concebir a ese sujeto como un sujeto aséptico, en términos kelsenianos, que no está vinculado, que incluso había un filósofo llamado Leibniz, que hablaba de la Mónada, que era algo cerrado, que no interrelacionaba con nada, y esta concepción de sujeto monádica, en definitiva es un sujeto irreal.  Por lo tanto ese Derecho va a estar destinado a un sujeto ideal que termina priorizando a las personas jurídicas, a las construcciones que incluso se utilizan para ir con el fraude a la ley, y desatiende a ese sujeto humano, y toma como política a las contingencias sociales y biológicas que tiene ese sujeto, y lo vemos en expresiones contrarias a la AUH, o a toda la asistencia, intervención jurídica que tiene el Derecho para justamente evitara la cosificación del ser humano y concebir al Derecho como un punto de llegada. Lo vemos con la ILE. Había un reclamo social con una fuerte convicción de protección legal. Bueno, ICL, la costumbre. La costumbre es una fuente del derecho. Cuando es contraria a la ley, como fueron muchísimos derechos reconocidos, llega un momento que la pluralidad o esa conducta constante, uniforme, tiene la fuerte convicción social de protección. Pasó con la huelga, yo también siempre lo digo, que era un delito penal hace 50 años. Pasó con la capacidad de derecho plena de la mujer. Pasó también con la ley de divorcio, con la patria potestad compartida, con el matrimonio igualitario. Entonces, si seguimos concibiendo a ese sujeto parcelizado, kelseniano, cerrado, irreal, que no tiene conexión social y por tanto no tiene padecimientos, entonces estamos abrevando a una teoría del derecho que sirve para ser efectivamente una condensación simbólica de la violencia y no un instrumento de emancipación.

 

 

 

JB: En este sentido, tomando lo que decís,  los problemas que atraviesa el Poder Judicial hoy en torno a la legitimidad, o la falta de legitimidad que tiene en nuestra sociedad, siendo el poder del Estado en el que menos cree la sociedad y esto está comprobado, ¿Vos crees que esto es estructural o es idiosincrático, o mejor dicho, tiene que ver con algo estructural o idiosincrático, o tiene que ver únicamente con quienes son esos operadores y operadoras que hoy están en el sistema judicial argentino?

NS: yo creo que no es un rasgo estructural, es más bien coyuntural, porque el poder real en este capitalismo financiero eligió al Poder Judicial para poder perpetrar su poder y para poderse asistir e instalar el modelo económico que benefició también hace 45 años atrás utilizando como instrumento en ese momento a las fuerzas armadas y a la última dictadura militar. El poder judicial si tiene expresiones históricas que de alguna forma son destituyentes. Desde la acordada del año 1930 cuando se valida el golpe de Estado a Irigoyen por parte de Uriburu hasta los silencios en el Poder Judicial con los habeas corpus en plena dictadura militar, hasta también la asistencia para el dictado de leyes en la comisión de asesoramiento legislativo en la última dictadura militar. Lo que pasa es que ahora se está visibilizando que, efectivamente, como dice CFK, el poder judicial tiene incidencia en la vida de la gente. Tuvo incidencia en la legitimación de los tarifazos, como Martina Forns, como Arias, bueno hemos visto como ha ido directamente por pedido del presidente Macri la AFI a los despachos de un juez como Carzoglio a decir que tenía que encarcelar a Pablo Moyano. Entonces me parece que es actual el señalamiento que hay en el poder judicial porque también está en crisis la representación política y cierta estructura del estado. Yo recuerdo mucho las palabras de Crisitna en FLACSO en 2017 donde habló también de la concepción de una división de poderes acorde a una sociedad de hace 200 o 300 años atrás. Y esto no quiere decir que tengamos que desoír el principio republicano o la división de poderes, sino que está en crisis el sistema también porque de algún modo no está cumplimiento con sus funciones. No Tenemos una justicia rápida, efectiva, y tenemos una justicia antinómica, delirante como digo yo, que falla en contra de las constancias del expediente y a tono con el poder real.

JB: Yendo un poquito a unas cosas más de la coyuntura: Operación Olivos. ¿Crees que hubiese sido posible que se conozca esta operación por decirle de alguna manera si no hubiese sucedió en su momento tu denuncia contra el fiscal Stornelli?

NS: Yo creo que la causa que se investigó en Dolores, ahí en donde Stornelli fue imputado e incluso ahora está doblemente procesado fue el primer síntoma social de lo que fue el estado macrista de persecución. Y esto creo que fue trascendente porque fue la plataforma electoral del macrismo en ese momento era la corrupción. Yo también digo que es la nueva concepción del enemigo interno como fue en su momento el subversivo, el comunista, el militante. Bueno, era  el corrupto y ese eje era el que iban a instalar. Y la causa Dolores fue la primera en demostrar que había una organización paraestatal de persecución y de armado de causas y que tiene que leerse en sintonía con todas las causas posteriores. De hecho, ayer hubo un informe de la comisión bicameral de inteligencia donde dio cuenta del espionaje a más de 370 personas físicas y a más de 100 –creo- organizaciones sindicales y sociales. Es decir, esta persecución del Estado más económico especulativo para pocos que obviamente iba a perjudicar a los estudiantes, a los trabajadores y trabajadoras, a los políticos de la oposición, incluso han espiado a los propios, entonces necesitaban obviamente llevarse derechos de mayorías, y eso lo hicieron en las sombras. Es contra fáctico, pero si creo que sin esa denuncia y otras tantas que incluso han surgido después por la interventora de la AFI, Cristina Caamaño, no hubiese sido posible esta lectura de un plan estructural estructural y sistemático de persecución en el poder judicial.

JB: hay un tema ahí y es que tenemos un conjunto de jueces y juezas que permanentemente llevan a cabo prácticas que podemos denominar antiéticas, mínimamente. Pero la destitución de ellos de forma masiva sería imposible porque democráticamente se consideraría un avallasamiento de un poder sobre otro. Qué transformación crees que serían posibles para poder impedir estas prácticas tan antiéticas en nuestros tribunales.

NS: yo creo que son fuerzas multicausales. Por un lado esta visibilización social que está existiendo respecto de que un juez no solamente desde el punto de vista ético, sino desde el punto de vista legal no puede estar vinculado con una de las partes porque eso hace a la parcialidad, sino también el funcionamiento institucional que están teniendo ahora ciertos organismos que antes funcionaban como órganos inquisitorios como el consejo de la magistratura de nación; también con el alzamiento institucional – levantar la voz me refiero- de los mismos integrantes del PJ como sucedió hace unos días con Servini de Cubría, hablándole directamente al presidente Hornos de que no era sensato o realmente hacía un daño institucional que siga en la presidencia de la cámara de casación; como también el funcionamiento correcto de las instituciones que tenemos es fundamental. Para mi de esta crisis se sale con más estado de derecho; no a través de un discurso anti estado, anti político, todo lo contrario. Creo que a veces no lo advertimos o nos cruza la ansiedad o la desazón porque estamos en el medio del ojo del huracán en ese aspecto. Y hay algunas cuestiones que se ven mejor con perspectiva histórica. Me parece que es la actitud que demanda la hora. Hacerlo siempre en el canal institucional que no significa que eso impida la transformación. Que sea un camino “soft” o “polite” o suave usar las instituciones. Todo lo contrario. Cuando la ley se aplica con todo el rigor –en el mejor sentido de la palabra-, no solamente que desplaza la utilización de las armas y de los poderes fácticos, sino que también vigoriza lo institucional y la participación política de la ciudadanía.

JB: En los años 40, Perón fue encarcelado y juzgado por ser un líder popular. Sin embargo, en ese momento no hablábamos de la utilización del Poder Judicial para perseguir a opositores o del Lawfare como práctica extorsiva, como estamos hablando hoy en el siglo 21. ¿Por qué crees que sucede esto o que aparezca ahora esta categorización?

NS: creo que en ese momento el sujeto político más importante que eligió el peronismo, que son los trabajadores y que fueron los que irrumpieron en ese acontecimiento en los términos que habla Badou, una cosa imprevisible, y que salta desde lo real al plano simbólico. Primero que no tenía este peso específico los trabajadores, un poder que fue construyéndose colectivamente desde que Perón estaba en la Secretaría del Trabajo. Eso por un lado, y después porque el poder real siempre encuentra artilugios como para no presentarse como el monstruo del poder real, no? Las dictaduras militares tampoco surgieron diciendo “hola, somos la dictadura militar, venimos a instalar el terrorismo del estado”. Siempre tuvieron una pantalla de legalidad para intervenir los sindicatos, para coartar efectivamente las libertades individuales como la libertad de asociación, etc, entonces creo que este poder real, económico, este mundo reducido que son los que realmente tienen en su mano el poder optó por algo más barato, el poder imperial incluso. Ya lo había dicho el mismo embajador de estados unidos, hay que trabajar con los poderes judiciales. Por eso el lawfare tiene que verse como un plan regional que tiene sus réplicas sin lugar a dudas en ecuador, Brasil, Bolivia. Creo que se utilizó el poder judicial justamente porque era mas económico que en su momento y porque ya tenían un sujeto político organizado como son las organizaciones sociales o de trabajadores que iban a impedir desde ya una utilización directa de las fuerzas armadas o del terrorismo de estado.

 

Para mi de esta crisis se sale con más Estado de Derecho; no a través de un discurso anti estado, anti político, todo lo contrario. Cuando la ley se aplica con todo el rigor –en el mejor sentido de la palabra-, no solamente que desplaza la utilización de las armas y de los poderes fácticos, sino que también vigoriza lo institucional y la participación política de la ciudadanía.

 

JB: Qué análisis haces con lo que esta sucediendo en la CABA y del conflicto de intereses respecto a la presencialidad de las clases y el conflicto político que está detrás.

NS: Para mí la explicación está en dos ejes: la política y la jurídica. Si nos quedamos en lo jurídico vamos a estar como mónadas, aislados, que escapa a lo político. Todo el macrismo se cobijó en la CABA, de hecho hay varias expresiones como el procurador general Mahiques que fue integrante de la mesa judicial, como uno de los integrantes del TSJ, el viceministro de Garavano, Santiago Otamendi, entonces lo que esta haciendo Larreta es iniciar su campaña electoral. Hay una puja interna entre Larreta y Macri, o será que Macri es el jefe político de Larreta. Entonces, visto desde esta óptica hay claramente una actitud destituyente por parte del larretismo, que desconoce la autoridad presidencial, que desconoce hasta la pirámide jurídica kelseniana, porque hay un decreto de necesidad y urgencia y nadie puede desconocer que hay una necesidad y una urgencia, que la misma CN después habla de la validación de estas normas a través de una comisión bicameral permanente.  No hay expresiones en el mundo donde sin restricciones temporales y proporcionales de las libertades individuales salgamos de esta pandemia, y también pone un poco de manifiesto la crisis que hay del pensamiento colectivo que decías vos. Porque la afectación de la salud pública, en particular de los porteños y porteñas, afecta al gran Buenos Aires también, por la interrelación, y a la ocupación de camas. Otra vez, es una fantasía o una ficción legal concebir que la ciudad se mantiene como la república de CABA, y no así la Ciudad de Buenos Aires. Por los trabajadores que van y vienen, y en general porque obviamente se afecta interjurisdiccionalmente el sistema sanitario. Entonces, creo que la crisis política tiene que ver con esto, totalmente cínica. Sabemos que a Larreta no le importa la educación, que redujo en un 70% la infraestructura escolar, que el mismo día que anunciaba que le importaban las clases, suspendía obras escolares, que redujo en un 80% el presupuesto en la educación, y que se lo pone en la justicia ese mismo presupuesto. Aumento un 35% el presupuesto en justicia, que es la que sirve como cómplice del poder político de Larreta. Y la verdad que hoy realmente es una preocupación porque Larreta directamente está desconociendo cumplir con otro fallo judicial federal competente que esta diciendo que las clases presenciales están suspendidas hasta tanto resuelva la CSJN.

JB:  Volviendo un minuto a lo de la operación olivos, cuando a Borinsky le preguntaron qué había ido a hacer a la quinta de Olivos, dijo que había ido a jugar al paddle. La verdad es que lo primero que una piensa, más allá del análisis político, fue: “qué machirulo”. Los tipos que se juntan a jugar a paddle y nos dejan a nosotros afuera, incluso hasta de los negocios turbios. Ni siquiera de eso podemos ser parte. ¿Qué aspecto de este modismo machista ves en los tribunales y que tan enquistado crees que está?

NS: super enquistado te diría. Incluso hay un estudio de la misma CSJN en 2019 que en los cargos de administración y funcionariado el 60% son mujeres, y todo lo que son cargos de jueces o camaristas, en sus mayorías son varones. Incluso hay cámaras, como la criminal y correccional federal, que no hay mujeres. Entonces fíjate como se da esta lógica que la administración del poder, o el trabajo más degradado –y no lo digo para degradar el trabajo en sí- es de la mujer. La integración del trabajo horizontal y vertical están las mujeres, y como en la cúpula, en el techo de cristal, también se da, porque la concepción del poder punitivo es masculino. Y me refiero específicamente a los fueros penales y/o federales. Entonces, hay una concepción machista de la Ley que tiene que ver con que la disposición del poder es masculina. Y esto también lo vemos desde lo que se llama rosca política, hasta los negociosos, como decís vos, que solo están habilitados a participar los varones. Y tiene que ver con el profundo cambio que se requiere desde la perspectiva feminista, la cosmovisión del derecho feminista a una reforma judicial feminista. Porque hay denuncias que están directamente soslayadas o que están observadas o advertidas en una perspectiva machista que las trata con displicencia. Y cuando digo machista, no digo necesariamente que está encarnada por varones, sino también por algunos varones y mujeres. Eso también es un cambio inminente y creo que el movimiento feminista sabe de esas construcciones horizontales, diversas, heterogéneas, pero no por eso menos determinantes.

JB: ¿Te sentís interpelada por la consigna “reforma judicial feminista”’?

NS: Si, muchísimo. Y yo tengo 42 años y soy de una generación “intermedia”. Hijas de los pañuelos blancos y madres de los pañuelos verdes. La verdad que somos una generación donde todavía no se cuestionaba el poder patriarcal, y el poder patriarcales intersubjetivo, está dentro de las vinculaciones, y la verdad que uno incluso se repregunta continuamente en el marco de lo doméstico, porque si hay algo donde se caracterizó el patriarcado, atado al capitalismo, es en la división absolutamente arbitraria entre lo doméstico y lo público. Entre lo privado y lo público. El ámbito de reivindicación masculina eran las fábricas en su momento, y el de reivindicación femenina fue incluso desde el principio e incluso desde fines del siglo 19 la reivindicación del trabajo doméstico. Entonces creo que esa interpelación no se queda en la puerta de tu casa. Es ese sujeto, que no es un sujeto emperimetrado ni kelseniano y es un sujeto atravesado por la finitud. Es un sujeto sexuado y por eso creo que también hay tanta reformulación respecto de los vínculos en relación a la sexualidad, porque está directamente atada a lo público, y a lo jurídico, a lo social y a lo político también.

JB: A grandes rasgos, que reformas legislativas ves urgente en nuestra democracia para que pueda ser cada vez más pluralista.

NS: Bueno, creo que venimos también de gobiernos de corte nacional y popular que pusieron el ojo, Néstor Kirchner en su momento, con el matrimonio igualitario, que pusieron el ojo en esa cuestión. Desde mi punto de vista, no porque hagan falta cambios legislativos, sino que lo primero que tenemos que ver son las herramientas actuales que tenemos para poder repotenciar -resignificar primero y luego repotenciar- los derechos sociales que tenemos en las leyes, en la CN, y en los tratados. Después van a venir obviamente las modificaciones necesarias, como la ratificación hace poco del Convenio 190 OIT que habla de la prevención y la erradicación de la violencia en el ámbito del trabajo. Como, a través del cuestionamiento de la violencia, hace a la mujer, y se está resignificando toda la legislación. Primero hay que cambiar esta concepción del Derecho para después incluso encontrar o resignificar la misma normativa que tenemos y de cara a esa situación hablar de reformas legislativas venideras.

JB: Ya para ir cerrando, voy a cambiar de tema. Tenes un rol muy activo como litigante. ¿Para vos fue muy difícil iniciarte en la profesión?

NS: Si. Si, fue muy difícil. Porque como decías vos Julia arranqué sola.

JB: claro

NS: Arranque joven. Arranqué mamá. Y la verdad que hablando como estaba enquistado el machismo en el Poder Judicial yo me daba cuenta como era tratada.  con desprecio respecto de colegas con corbata. Entonces, a partir de esa situación y esa desigualdad, y también la desigualdad que generaba la concepción que tenía del Derecho –y por supuesto ejercí desde el lugar del trabajador o la trabajadora- te topás continuamente desde micromachismos y microliberalismos, como los mismos funcionarios judiciales que hablaban que los reclamos les parecían exorbitantes sin tener la LCT o los CCT en la mano. Y como aquellos jueces o juezas que hacían uso social del Derecho, por supuesto con estricto apego a la Ley, eran tildados –incluso tuvimos la presión del presidente Macri- como la mafia laboralista. Tanto de abogados que ejercíamos la profesión como los jueces y juezas tratados como el obstáculo para que la Argentina crezca y se invierta. Entonces fue muy complejo y encontré la salida siempre desde lo colectivo. Militando desde lo gremial; yo soy parte de la corriente de abogados laboralistas 7 de Julio, y me parece que esa es la salida para que sea todo más fácil.

JB: ¿Como ves al Colegio Público de Abogados de la CABA?. ¿Crees que en general acompaña los reclamos de los abogados litigantes?

NS: Bueno, esta administración actual del Colegio de Abogados, yo fui oposición en su momento cuando entendíamos que no expresaba esta lógica. Pero creo que en los momentos, como cuando sucedió con la famosa acordada de la CSJN por las escuchas ilegales, por la violación de los derechos al libre ejercicio de la profesión con las escuchas a abogados y sus detenidos en penales, tuvo la actuación que debía tener, y del mismo modo ayer escuché a Jorge Rizzo hablar realmente, o al menos poniendo las cosas en su lugar en relación al desacato del Jefe de Gobierno y al lugar que tiene la Ley y la Constitución Nacional. Entonces, creo que de ese lugar, de algún modo está cumpliendo – más allá de las diferencias que podamos tener- con la función que tiene que cumplir hoy en día, en estos tiempos que corren. Donde vale aclarar que no hay lugar para tibiezas.

JB: Para finalizar Nati, primero agradecerte por la entrevista. Nuestra revista tiene esta filosofía de lo “contra legem”, de ir contra ley desde una perspectiva de derecho crítico, ser un poco como el salmón, en contra del status quo jurídico establecido. En qué cosas te sentís una abogada “contra legem”.

NS: En varias (risas). Me siento una abogada “contra legem” cuando se intenta cerrar o cancelar la discusión respecto de lo que es el Derecho. Me siento una abogada “contra legem” cuando intentan agotar la discusión hablando de un Derecho que protege este sujeto solo. Cuando no se habla del Derecho como emancipación social, cuando se cuestiona expresiones jurídicas que tuvimos como la Constitución del 49 por meros formalismos, y fundamentalmente cuando se habla de un Derecho para pocos y alejado de los intereses reales del pueblo, que no es poco no, sentirse “contra legem”.

JB: Muchas gracias.

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