14 May ¿TODO PASA? EL PARTIDO POR LAS SAD
Como ya mencionamos en el primer tiempo de esta nota, el partido por las sociedades anónimas deportivas no dura 90 minutos: se disputa a lo largo de la historia. En ese marco, continuaremos analizando el período que va desde el año 2000 hasta nuestros días.
Los gerenciamientos: el caso Racing
Con la llegada del nuevo milenio, marcado por una profunda crisis económica, social y política que tampoco le era ajena a la mayoría de los clubes, empezaron a tomar notoriedad algunas experiencias que, si bien no eran nominalmente sociedades anónimas deportivas, funcionaban de esa forma bajo el maquillaje de los gerenciamientos. Tal vez algunos recuerden los casos de Talleres de Córdoba o Ferrocarril Oeste, pero sin dudas el más conocido fue el de Racing de Avellaneda dado que se trató del primer club de “los cinco grandes” en estar conducido por una empresa privada y porque muchos también recordarán el comienzo y el final.
Desde el 29 de diciembre de 2000 y hasta el 7 de julio de 2008 la Academia estuvo dirigida por Blanquiceleste S.A., una sociedad a cargo de un ex ejecutivo de finanzas de JP Morgan, Fernando de Tomaso, junto al productor y -años más tarde funcionario de la Secretaría de Deportes macrista, Fernando Marín; pero, ¿cómo se llegó a esto?
Para el año 1999 Racing estaba atravesando la peor crisis de su historia con una deuda estimada en 66 millones de pesos (o dólares, por la convertibilidad), lo que obligó al entonces presidente Héctor Lalín a buscar propuestas de gerenciamiento que fueron rechazadas. En consecuencia, el 10 de julio de 1998 al no poder hacer frente al pago de una de las cuotas del concurso preventivo, no tuvo más opción que pedir la quiebra[1]. Tres días más tarde, la justicia decretó una “quiebra con continuidad” y el club pasó a ser administrado por la síndica Liliana Ripoll.
Imposibilitado en poner orden a sus arcas económicas, el 4 de marzo de 1999 quedaría marcado como el día más triste para todos los hinchas de la Academia cuando la Sala II de la Cámara de Apelaciones de La Plata ordenó el cese de la continuidad de la quiebra y, en consecuencia, la liquidación de sus activos. La noticia fue conocida cuando la síndica Ripoll pronunció frente a las cámaras de televisión aquella frase que quedó inmortalizada: “Racing Club Asociación ha dejado de existir”.
Como respuesta, miles de hinchas de la «Acadé» salieron a la calle a manifestarse en las puertas de la sede de Avenida Mitre. Algunos recordarán el momento en el que le tiraron un redoblante en la cabeza al presidente Lalín[2], cuya foto quedó eternizada, pero lo notable aquí fue otra vez el papel que tuvieron los socios, quienes generaron el marco de presión que terminó con la sanción de la ley 25.284, conocida como la “Ley Racing”. La normativa, sancionada el 6 de julio de 2000, además de evitar que el equipo de Avellaneda cierre para siempre, generó una protección legal para las entidades deportivas en esa situación: tenía como objetivos proteger al deporte como derecho social; continuar las actividades que desarrollan las asociaciones civiles deportivas de primer grado con quiebras decretadas a los efectos de generar ingresos genuinos en beneficio de los acreedores y trabajadores de las mismas; sanear el pasivo mediante una administración fiduciaria proba, idónea, profesional y controlada judicialmente; garantizar los derechos de los acreedores a la percepción de sus créditos; superar el estado de insolvencia; y recobrar el normal desempeño institucional de la entidad (conf. art. 2).
Es en ese marco que, como ya mencionamos, Blanquiceleste S.A. arribó para quedarse con la conducción de la institución, sin levantar la quiebra y a través de algunos puntos controvertidos con los que iba a “salvar el club”: mientras se comprometía a aportar inicialmente 17 millones de dólares, asumir todos los créditos verificados, reducir el pasivo de forma mensual y hacerse cargo de explotar el fútbol profesional, amateur y la marca Racing; paralelamente establecía una división en la percepción de los derechos federativos de los futbolistas y también respecto de los contratos que se firmaran bajo el gerenciamiento. Todo esto implicó básicamente que la empresa manejara el club obteniendo un porcentaje de las ganancias y sin la necesidad de llamar a elecciones.
Durante todo ese período, la presión de los hinchas fue aumentando escalonadamente a medida de que se organizaban y marchaban reclamando poder volver a votar. Asimismo, durante los partidos comenzaban a circular cada vez más carteles con consignas que pedían por la expulsión de Blanquiceleste del club, junto a canciones que se repetían al unísono y que rezaban letras como “De Tomaso botón, devolvé la institución” y “Racing es de la gente, no de los dirigentes; reaccionemos a tiempo, fuera Blanquiceleste». Finalmente, el reclamo de los socios se hizo escuchar en los oídos -casi siempre sordos- de la justicia y, en julio de 2008, el juez Enrique Gorostegui firmó el fin del contrato de gerenciamiento[3]. Los socios pudieron volver a votar. ¿La empresa? Quebró.
Otra vez Macri
Ahora bien, volvamos a los inicios del nuevo milenio. En agosto de 2001, unos meses antes de que estalle totalmente la economía, el otra vez presidente de Boca Juniors, Mauricio Macri, organizó una conferencia de prensa para anunciar un proyecto “moderno” que estaba destinado a “salvar el fútbol”: sí, otra vez las sociedades anónimas deportivas.
Lo curioso de ese momento no fue otra vez el argumento de la crisis que atravesaban los clubes sobre el que se fundó para intentar incorporarlas, sino que ese proyecto -al igual que en la actualidad- no contaba con el apoyo del presidente de la AFA, Julio Grondona, pero sí con el del entonces presidente de la Nación, Carlos Menem, y el diputado menemista Daniel Scioli. Quién diría que 23 años más tarde, con una fuerte posición en contra de por medio, este último -ahora en calidad de Secretario de Turismo, Ambiente y Deportes del gobierno de Javier Milei- volvería a pedir por las SAD. “¿En qué te han convertido, Daniel?”. No la vimos.
El plan para privatizar el deporte más popular entre los argentinos contaba con el apoyo del blanquiceleste Fernando Marín y se fundaba en tres ejes: el Núcleo Deportivo (ND), el Plan de Encuadramiento y, finalmente, las SAD.
El Núcleo Deportivo refería a las entidades civiles deportivas y sus nombres, emblemas y colores: los bienes que conformaban la esencia de los clubes y que conservarían “cierta protección” frente a posibles embargos o deudas, siempre y cuando cumplieran con las exigencias del ente económico regulador a cargo; caso contrario, podían ser adjudicados a una SAD con el fin de “mejorar y cumplir” sus fines previstos[4]. En otras palabras: rematarlos para que puedan “funcionar”.
Por su parte, el Plan de Encuadramiento era la herramienta por la que se iba a desplazar a la AFA por un “ente regulador”, limitando así su participación únicamente a las relaciones deportivas, mientras que el nuevo organismo iba a tener a cargo la potestad de definir qué clubes debían o no poner orden a sus economías; por lo que, en caso de no poder sanearlas, debían solucionarlo por medio de una SAD.
En ese sentido, el proyecto estipulaba que aquellas instituciones que se vieran imposibilitadas en garantizar sus finanzas tenían tres alternativas: continuar como sociedades sin fines de lucro pero con la presentación de avales patrimoniales de los dirigentes; convocar a los acreedores y que los dirigentes avalen el total del porcentaje de las cuotas de pago (para los casos en los que la entidad contara con deudas extraordinarias); o, finalmente, licitar el Núcleo Deportivo para que una sociedad anónima deportiva se hiciera cargo[5]. Sin embargo, 38 votos contra 1 le dijeron que no. ¿Él único afirmativo? El de él.
Más de una década después, ya con dos mandatos como Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires encima, el dirigente deportivo convertido en político ganaría el ballotage presidencial de 2015 después de un ajustado mano a mano con Daniel Scioli. En ese marco, con Daniel Angelici como presidente de Boca, su mandato comenzó con un proceso destinado a desgastar públicamente a la AFA para preparar la cancha y dar juego a sus viejos anhelos. El mandamás nacional intervino el fútbol usando todo el armamento de herramientas estatales que tenía a su alcance: liquidó el programa nacional “Fútbol para Todos”, recortó los derechos televisivos y asfixió financieramente a la gran mayoría de los clubes del país; a la vez que ordenó suspender las elecciones de la casa madre del fútbol cuando su amigo Angelici quedaba cada vez más solo[6]. Algo que, lamentablemente, volvería a repetir en las elecciones de Boca de diciembre de 2023 cuando cayó en la cuenta de que iba a ser derrotado por Juan Román Riquelme, y es que, además de perder por una goleada de votos, ni siquiera se acercó a sufragar y bancar a su compañero de fórmula. Un tipo humilde, sobre todo.
La obsesión por incorporar las SAD en el fútbol argentino tendría un impasse y volvería recién en 2018. La prioridad era preparar su ingreso legal antes del inicio del Mundial de Rusia para ya contar con clubes convertidos en la Superliga 2018/19. Por eso, de la mano de los diputados de Cambiemos y -otra vez- Fernando Marín (funcionario de la Secretaría de Deportes) comenzó a circular un proyecto de ley que le iba a permitir, en principio, dar la discusión legislativa. En paralelo, Daniel Angelici avanzó con la idea de su jefe político puertas adentro de la AFA al conseguir que se instale el tema en el orden del día de la Asamblea Extraordinaria del Comité Ejecutivo prevista para el 29 de noviembre de ese año[7]. Sin embargo, el rechazo cada vez más masivo por parte de los clubes e hinchas contra el no tan nuevo negocio de Macri logró que se elimine el tema y que, finalmente, no se trate. Por su parte, el proyecto de ley tampoco tuvo éxito: ni siquiera consiguieron los votos para tratarlo.
¿El fútbol como necesidad y urgencia?
Contando con un breve pero amplio historial sobre el tema que, como ya vimos, termina siempre con el colectivo organizado de socios salvando a sus clubes, volvamos al presente y a todo lo ya referido sobre el DNU 70/2023. En ese contexto, en el período que va desde las elecciones generales del 22 de octubre de 2023 hasta la fecha, se dieron cuatro hechos importantes que vale traer a colación:
En primer lugar, el papel que tuvieron todos los clubes de todas las categorías al expresarse en contra de las sociedades anónimas deportivas tras conocerse los resultados que habilitaban una segunda vuelta electoral[8]. La catarata de comunicados le dejó un claro y fuerte mensaje a Javier Milei antes de que salga a la cancha como presidente electo, dado que en reiteradas ocasiones ya se había pronunciado a favor de las SAD.
En segundo lugar, el rol fundamental que tuvo la Asociación del Fútbol Argentino en defensa de los clubes cuando, reunido para tratar el tema en la Asamblea del 23 de noviembre de 2023, le dijo no a las SAD con un rotundo rechazo por 45 a 0[9].
El tercer hecho ocurre una vez iniciado el 2024, más precisamente en enero, cuando la Liga de Fútbol de Salto (provincia de Buenos Aires) solicitó una medida cautelar argumentando la salvaguarda de los artículos 1, 29, 75, 99 inc. 3 de la Constitución Nacional con el objeto de proteger, asimismo, el derecho constitucional de la asociación con fines útiles (conf. art. 14 CN), la libre asociación (conf. art. 16 Convención Americana sobre Derechos Humanos) y la autonomía de la voluntad y reserva de acciones privadas (conf. art. 19 CN). La medida, en primera instancia, fue aceptada por el Juzgado Federal de Mercedes, el cual ordenó la suspensión de los dos artículos cuestionados (335 y 345) señalando que aquellos “alteran el estado de situación de un colectivo de incidencia social como son las entidades deportivas, pues impide desarrollar su vida asociativa”, conforme los artículos 67, 68, 69, 106, 107 y otros del Estatuto de la asociación civil”[10].
Finalmente, luego de que el gobierno nacional apelara ese veredicto, la Cámara Federal de San Martín confirmó la cautelar indicando que no se encontraron verificados los requisitos exigidos tanto por la normativa como por la jurisprudencia respecto al dictado de los decretos de necesidad y urgencia, advirtiendo asimismo que tampoco existe la imposibilidad de realizar el trámite parlamentario[11]. De este modo, en cuanto a que la norma fue dictada en el marco de las facultades que posee el Poder Ejecutivo a través del art. 99 inc. 3 de la Constitución, el tribunal recordó las pautas delineadas por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el caso “Verrocchi, Ezio Daniel c/ Poder Ejecutivo Nacional – Administración Nacional de Aduanas s/acción de amparo” (Fallos: 322:1726, del 19/08/1999) requeridas para considerar configuradas la necesidad y urgencia donde se sostuvo que el estado de necesidad se presenta únicamente “cuando circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los trámites ordinarios previstos por esta Constitución para la sanción de las leyes (art. 99, inc. 3, citado). Por tanto, para que el Poder Ejecutivo pueda ejercer legítimamente facultades legislativas que, en principio, le son ajenas, es necesaria la concurrencia de alguna de estas dos circunstancias: 1) Que sea imposible dictar la ley mediante el trámite ordinario previsto por la Constitución, vale decir, que las cámaras del Congreso no puedan reunirse por circunstancias de fuerza mayor que lo impidan, como ocurriría en el caso de acciones bélicas o desastres naturales que impidiesen su reunión o el traslado de los legisladores a la Capital Federal; o 2) que la situación que requiere solución legislativa sea de una urgencia tal que deba ser solucionada inmediatamente, en un plazo incompatible con el que demanda el trámite normal de las leyes”. En el marco de ese precedente, luego reiterado en “Consumidores Argentinos c/N-Pen-Dto558/02-SS-Ley 20091 s/ Amparo Ley 16.986” (Fallos: 333:633)-, el tribunal advierte que corresponde al Poder Judicial el control de constitucionalidad sobre las condiciones bajo las cuales se admite esa facultad excepcional y que es su atribución evaluar el presupuesto fáctico que justificaría la adopción de decretos de necesidad y urgencia[12]. Asimismo, añade que corresponde descartar criterios de mera conveniencia ajenos a circunstancias extremas de necesidad, dado que la Constitución no habilita a elegir discrecionalmente entre la sanción de una ley o la imposición más rápida de ciertos contenidos materiales por medio de un decreto.
Por último, se concluye la sentencia en un sentido similar a lo dictaminado el 3 de enero de 2024 por la Sala de Feria de la Cámara Nacional del Trabajo, la que previamente había suspendido la aplicación de los artículos 53 a 97 del Título IV de TRABAJO como resultado de una cautelar solicitada por las asociaciones sindicales. Ello así en cuanto “no se verifican, al menos en este estado liminar de la causa, los extremos requeridos por la normativa y jurisprudencia citada para el dictado del DNU cuestionado -en la materia de que se trata-, al no evidenciarse y tampoco explicitarse una situación de excepcionalidad o de necesidad que justifique la adopción de las medidas aquí analizadas. Tampoco se advierte la imposibilidad de elegir una decisión menos gravosa (trámite parlamentario), ni que las ventajas de la vía escogida sean mayores a las desventajas advertidas.”
No seríamos lo que somos
Conforme a todo lo ya dicho, es necesario insistir en que los clubes argentinos cumplen un rol social muy importante dentro de la sociedad; y es que ahí donde el Estado se retira, o donde incluso nunca llega, están ellos reconstruyendo el tejido social muchas veces quebrado por políticas neoliberales: conteniendo, formando y ayudando a miles de pibes y pibas que, en gran medida, quedan afuera de la red del sistema. Estos últimos son los principales beneficiarios de los clubes, pero también lo es la comunidad en la que se desarrollan, dado que estos son generadores de oportunidades, de inclusión e integración para todos los que allí conviven.
Si el Estado se retira como lo está haciendo ahora y deja a los clubes flotando en los ríos del libre mercado, donde solo tendrán oportunidad de salvarse quienes tengan rentabilidad y se conviertan en sociedades anónimas; ¿qué nos queda? ¿Qué hacemos con todos esos pibes y pibas que no viven en las grandes urbes o cerca de los clubes que sí son rentables? En otro orden, si el día de mañana los que eran rentables dejan de serlo: ¿qué pasa si quiebran? ¿Quién se hace cargo? ¿Qué hacemos si, por ejemplo, a un inversor se le ocurre cambiar los colores o incluso el nombre del club? Son infinitas las preguntas que nos podemos hacer, pero lo cierto es que bajo el disfraz de “mayor libertad” y “mayor competitividad” que usan para argumentar una supuesta salvación a la “crisis”, no hay otro efecto más que una mayor profundización de la desigualdad entre los clubes y, en consecuencia, entre quienes vivimos en sociedad.
Por otra parte, además de tener una enorme función social, nuestros clubes también son parte de nuestra cultura y de nuestra idiosincrasia: se trata de una cuestión de soberanía deportiva, de lo que es propio, de una parte del todo de lo que, en definitiva, somos como argentinos. Por esa razón se necesita de clubes cada vez más comprometidos y de una AFA fuerte que los respalde, que siga siendo coherente con la sociedad y con la realidad argentina. Es en ese sentido que, parafraseando al actual presidente de la casa madre del fútbol, si nuestros clubes no estuvieran cumpliendo la función social que cumplen, no seríamos lo que somos y, probablemente, tampoco tendríamos tres copas del mundo, ni Maradonas, Messis o Scalonis: todos ellos nacidos al calor de un sistema de asociaciones civiles sin fines de lucro.
La disputa por la incorporación o no de las sociedades anónimas deportivas no es sino otra final para definir quién va a ser el dueño de la pelota: o se la quedan los clubes argentinos, o se la llevan los de afuera En ese marco, vemos con atención que los nombres de quienes pretenden arrebatarla por la fuerza se repiten a lo largo de la historia, como así también observamos que son los socios organizados quienes terminan salvando a sus clubes después de los desastres que allí dejan las intervenciones de las sociedades comerciales, muchas veces disfrazadas de gerenciamientos.
Por ahora, la vigencia del DNU 70/2023 está supeditada a lo que decida la Cámara de Diputados, no obstante la Libertad Avanza y el PRO ya presentaron proyectos para generar la discusión parlamentaria e intentar meter a las SAD a la cancha en caso de que el decreto pida el cambio.
El partido no terminó, pero si algo nos queda claro es que no se puede rifar todo, mucho menos la pasión de los argentinos.
[1] Ludueña, A. (04/03/2023). Racing, a 24 años del día en que había dejado de existir como asociación civil. Doble Amarilla. https://www.dobleamarilla.com.ar/liga-/racing–a-24-anos-del-dia-en-que-habia-dejado-de-existir-como-asociacion-civil_a64035cd09afa5dad49dd6365
[2] Redacción Clarín (29/06/2013). El recuerdo que sobrevoló Avellaneda. Diario Clarín. https://www.clarin.com/deportes/recuerdo-sobrevolo-Avellaneda_0_SyOQOhIsPQg.html
[3] Fin del gerenciamiento y Blanquiceleste quebró (08/07/2008). Diario Ámbito. https://www.ambito.com/deportes/fin-del-gerenciamiento-y-blanquiceleste-quebro-n3506731
[4] Redacción La tinta (27/02/2018). Sociedades Anónimas: ¿en qué consistía el proyecto de Macri en 2001?. La tinta. https://latinta.com.ar/2018/02/27/sociedades-anonimas-proyecto-macri-2001-latinta/
[5] Redacción La tinta (27/02/2018). Op. Cit. https://latinta.com.ar/2018/02/27/sociedades-anonimas-proyecto-macri-2001-latinta/
[6] En una jugada acordada con Macri, suspenden las elecciones de la AFA (30/05/2016). La Política Online. https://www.lapoliticaonline.com/nota/98007-en-una-jugada-acordada-con-macri-suspenden-las-elecciones-de-la-afa/
[7] Perimbelli, E. (29/01/2018). Sociedades anónimas, la obsesión de Macri. Diario Ámbito. https://www.ambito.com/deportes/sociedades-anonimas-la-obsesion-macri-n4010781
[8] Los clubes del fútbol argentino rechazan el proyecto de Milei de privatizarlos para siempre: qué son las SAD y qué está en juego (11/11/2023). El Cronista. https://www.cronista.com/deportes/los-clubes-del-futbol-argentino-se-oponen-al-proyecto-de-milei-de-sociedades-anonimas-deportivas/
[9] Se llevó a cabo la Asamblea General Ordinaria 2023 de la Asociación del Fútbol Argentino en el predio de Ezeiza (23/11/2023). Asociación del Fútbol Argentino. https://www.afa.com.ar/es/posts/se-lleva-a-cabo-la-asamblea-ordinaria-2023-en-el-predio-de-ezeiza
[10] Una liga del interior frenó el ingreso de las SAD en el fútbol (31/01/2024). Interior Futbolero. https://interiorfutbolero.com.ar/una-liga-del-interior-freno-el-ingreso-de-las-sad-en-el-futbol/
[11] Confirmaron el fallo que traba la llegada de las Sociedades Anónimas Deportivas al fútbol argentino (14/03/2024). Infobae. https://www.infobae.com/judiciales/2024/03/14/confirmaron-el-fallo-que-dejo-sin-efecto-los-articulos-del-dnu-que-autorizaban-las-sociedades-anonimas-deportivas/
[12] Confirman la suspensión de los artículos del Mega DNU que permitían la conformación de sociedades anónimas deportivas (14/03/2024). Palabras del Derecho. https://palabrasdelderecho.com.ar/articulo/4895/Confirman-la-suspension-de-los-articulos-del-Mega-DNU-que-permitian-la-conformacion-de-sociedades-anonimas-deportivas
(*) Abogado UBA