Día de lxs trabajadorxs

Día de lxs trabajadorxs

Reflexiones y reivindicaciones en un difícil momento para el empleo, la industria y la distribución de ganancias
Por ICL Digital

Este 2021 nos encuentra nuevamente cumpliendo un 01 de mayo en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio a partir de la pandemia del Covid-19.

Más de un año ha pasado desde que empezó este proceso doloroso, sorprendente y desafiante. El rol de lxs trabajadorxs en el mismo es sustancial y trae aristas de incidencia que desde el derecho es preciso analizar y pensar como puntapiés de futuras reformas.

A priori la pandemia puso en cabeza de lxs trabajadorxs la necesidad de auto gestionarse sus propias herramientas de empleo a partir de la remisión al trabajo en casa como consecuencia de la imposibilidad de acudir a los lugares de trabajo. Desde la teoría sindical clásica esto presenta una contienda en dónde el espacio común propicio para la sindicalización comienza a esfumarse y el colectivo de trabajadorxs parece constituirse más por un conjunto de individualidades que por una comunidad.

¿Cómo podemos desafiar las fuertes incidencias de la individualidad en el presente desde el derecho laboral y sindical?

La ley de tele-trabajo busca desde esta óptica priorizar una serie de derechos que garanticen a lxs laburantes herramientas propicias para poder desarrollar sus tareas en mayor equidad de condiciones que las que se llevan a cabo en la empresa asignando a lxs empleadorxs la cargas correspondientes.

Pero sería insólito pensar que esta normativa puede responder a las necesidades que el conjunto de trabajadorxs tiene en la coyuntura nacional.

La situación de las fábricas, el personal de casas particulares y limpieza, comerciantes, personal de distribución y transporte y sin lugar a dudas la situación de quiénes desarrollan sus tareas en educación y salud son aristas que precisan de medidas urgentes que no pueden quedar en soluciones paliativas desde la seguridad social. Es fundamental repensar el empleo y el consumo desde las ópticas de la realidad que nos trae la pandemia. Y esto entendiendo que si bien el exitoso proceso de vacunación en nuestro Estado presenta un horizonte de salida de la misma, sabemos que no dejará huellas a las que es preciso anticiparse.

 

 

Las grandes transformaciones del capitalismo se dieron en el marco de hechos como aparición de nuevas invenciones, caídas de regímenes y también pandemias como en su momento fue la peste bubónica. ¿Por qué el COVID 19 sería la excepción?

Si las mismas han de presentarse es preciso que el Estado pueda regular las situaciones que se avecinen en pos de la protección de la clase trabajadora y en contra de las especulaciones del sector financiero y trasnacional.

Esta pandemia ha puesto de relieve situaciones conocidas por todxs que se han acentuado. La precariedad permanente en nuestro país en relación al grado de registración del empleo en general pero sobre todo en determinados sectores como el personal doméstico, rural, gastronomía y comercio.

¿Es posible una regulación más estricta y protectoria de lxs laburantes en un contexto de recesión económica? ¿Qué aportes trae la prohibición de despidos? ¿Por qué con ello no alcanza ni tampoco con los beneficios impositivos y ayudas sociales otorgados por el Gobierno Nacional?

Si bien consideramos que estas medidas son de suma importancia no podemos dejar de remarcar la necesidad de poder volver a desafiar los horizontes de lo posible. Aquel 50/50 que logró el peronismo hoy parece impensado pero a la vez aparece como una salida que reivindica la justicia social más allá de la consigna.

Si nos paramos desde las aristas del justicialismo para estudiar el mundo del trabajo y pensar desde allí las transformaciones no podemos dejar de mencionar que es fundamental seguir impulsando un modelo de distribución de las ganancias que incluya a lxs trabajadores en condiciones no de igualdad ni de equidad sino de justicia, atendiendo el rol fundamental de la fuerza de trabajo en la transformación de los modelos productivos, re productivos y nacionales.

En un contexto de recesión del empleo y dónde lxs sectores históricamente vulnerables (jóvenes, mujeres, población travesti-trans, migrantes y personas racializadas) brindan cada noche por encontrar un trabajo formal nos atrevemos a soñar con aquellas reivindicaciones que el peronismo nos invitó a desear en los años 50. El empleo como instrumento de realización personal. El trabajo dignificador. El salario que permita cumplir el sueño de la casa propia. La distribución justa de las ganancias y capitales. Llevar el deseo al plano laboral.

Desde esta óptica invitamos a la reflexión y sobre todo brindamos más que nunca por salud y claro, también por el trabajo.

Feliz día.

 

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